Es super agradable. Estoy bebiendo una cervecita en una terraza. En el mejor sitio de toda Barcelona.
Mientras, enfrente del Mercat de Santa Catarina alguien me espera para explicarme las condiciones de un robo consentido.
Vaya, no estoy ahí. Ni voy a estar.
La cervecita me sienta tan bien, la conciencia tranquila y el ánimo calmo.
lunes, 20 de agosto de 2007
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